Otec Chinquihue e Invermar capacitaron a 50 hortaliceras y recolectoras de orilla de Calbuco

Otec Chinquihue e Invermar capacitaron a 50 hortaliceras y recolectoras de orilla de Calbuco

Las beneficiarias participaron de una capacitación que abordó técnicas para elaborar y envasar diversos productos alimenticios, los que son recolectados y producidos por ellas mismas. Talleres que contaron con el apoyo y financiamiento de Invermar S.A.

Fueron 40 horas de capacitaciones distribuidas en un total de 9 jornadas de trabajo las que tuvieron la participación de 50 vecinas de la comuna de Calbuco, dividiéndose en dos grupos pertenecientes, por un lado, al Comité de Hortaliceras y comunidad indígena de Aduen-El Dao y, por el otro, a las Comunidades de Aguantao, Aucha y representantes de las comunidades indígenas Petelcura, Arken y Araucarias.

Bajo el nombre de “Técnicas de elaboración y envasado de vegetales, encurtidos y conservas”, la capacitación fue impartida por Otec Chinquihue –filial de Fundación Chinquihue-, la que fue financiada y apoyada por la empresa Invermar S.A., quienes mantienen un estrecho trabajo colaborativo con estas comunidades desde hace varios años.

Dedicadas a la producción y venta de hortalizas y hierbas medicinales, así como a la recolección y venta de mariscos, estas mujeres accedieron a nuevos conocimientos que les permitirá aplicar técnicas de producción en la elaboración diversos productos alimenticios, así como su correcto envasado y conservación. El objetivo es que las beneficiarias puedan innovar y dar valor agregado a sus productos y, consecuentemente, ingresar a nuevos mercados.

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Karla Kreisel es ingeniero en alimentos y fue la relatora de este curso. En sus palabras, las beneficiarias tuvieron “mucho interés, mucha curiosidad”.

El eje central de la capacitación implicó producir ajo negro, un producto que las trabajadoras no conocían, siendo productoras históricas de ajo en la zona.

“Quedaron muy sorprendidas. Participaron y están tremendamente contentas con las herramientas que se les entregó. Aprendieron muy bien, muy rápido”. El ajo negro “es un súper alimento, que tiene muchas propiedades saludables, entonces está muy de moda; es un alimento innovador, también”, explicó Kreisel.

Además, elaboraron otros alimentos saludables. “Los otros productos son las infusiones, mix de infusiones medicinales. Lo otro que trabajamos fue los encurtidos y vegetales IV gama”, precisó la relatora. Éstos últimos son frutas u hortalizas que cuentan con un proceso mínimo previo a su envasado.

No sólo se avanzó en la elaboración de nuevos productos; también se trabajó en la presentación de éstos al desarrollar envases atractivos y etiquetas. “Ellas tienen un abanico de productos que desarrollar y esto les va a traer nuevos ingresos”, explicó la profesional.

Para la relatora, el siguiente paso sería conseguir los recursos necesarios para contar con una sala de procesos y así lograr comercializar los productos cumpliendo con todas las normativas sanitarias exigibles.

Sandra Díaz es la presidenta de la comunidad indígena de Aduen-El Dao y participó de las capacitaciones como beneficiaria. “Quedamos muy conformes, contentos. Fue una experiencia súper linda. Yo creo que a las mujeres, sobre todo del campo, les hace falta relacionarse, juntarse, tener un espacio para ellas, salir un poco de la rutina del campo, que es muy dura”, aseguró. 

Indicó que en la comunidad se produce una serie de productos, entre los que se enumeran papas, pepinos, tomates, arvejas, habas, manzanas, ciruelas, entre otros.

Las dirigentas que participaron de esta capacitación, destacan la elaboración del ajo negro como un producto que puede significar una mejora en los ingresos de las mujeres de la comunidad.

“Ellas mismas producen su ajo y ahora le están dando valor agregado”, concuerdan. En sus palabras, un kilo de ajo sin procesar se comercializa por cerca de $5 mil. “Hoy el kilo de ajo negro tiene un valor cercano a los $50 mil o $60 mil. Entonces, aumenta el valor del producto que ellas trabajan”, indican.

Cabe destacar que, como parte del taller de capacitación, cada vecina recibió una olla fermentadora de ajo, implemento que les permitirá iniciar su propia producción de ajo negro.